martes, 20 de marzo de 2012

AMOR SABIO Y AMOR COMUN

El amor es sabio cuando es liberador, curativo e impersonal, cuando nos lleva al encuentro de las necesidades de los semejantes y del universo en que estamos. Impulsados por él, establecemos metas en consonancia con la evolución de la vida.

El amor sabio nos impulsa a buscar lo esencial y no las apariencias, siempre efimeras. Nos hace ver lo positivo en cada circunstancia, sin dejarnos limitar por nada.

El amor sabio no se restringe al reino humano. Transfigura y perfecciona todo lo que toca. Así, lo que está limitado se expande y se integra en lo que es su esencia más intena.

El amor sabio vuelve al ser humano compasivo y disponible para todo y para todos. Consagrado al cumplimiento de propósitos elevados, es irradiado por fuentes cósmicas.

El amor común, a su vez, lleva al ser a identificarse con las formas externas, a engañarse con apariencias y circunstancias. Está sujeto al ritmo de la evolución natural, que tiene avances y retrocesos. Por lo tanto, es inseguro y sufre influencias de las fuerzas antagónicas, que restringen a la persona principalmente a resolver problemas de subsistencia en el plano físico, a satisfacer carencias diversas en el emocional  y al cultivar preconceptos en el mental. En estos planos hay muchas carencias, y la ilusión de los que son impulsados por el amor humano, común, está en considerarlos el único instrumento de acción y de vida existente.

Las decepciones del amor humano llevan al ser a descubrir las infinitas posibilidades del amor-sabiduría y a la necesidad de vivirlo. Con el surgimiento de la sabiduría, su consciencia es atraída hacia niveles internos,  y el alimento que de allí fluye lo transforma por completo.

(EXTRAÍDO DEL LIBRO: "OPORTUNIDADES DE CRECIMIENTO" DE TRIGUEIRINHO.)


sábado, 31 de diciembre de 2011

Maravillosos tiempos se aproximan

Maravillosos tiempos se aproximan. Confiad. Tened fe. Sed pacientes. Relajaos sin caer en la inercia. Todo marcha según el Plan Divino. La fase de Purificación Aguda está cerca. Alegraos. La Tierra está de parto. El nuevo Ser de la Tierra ya no albergará más energías negativas como había hecho hasta hoy. El Nuevo Hombre será reflejo de su Ser Superior. Está pronto a acontecer.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Somos respirados por Dios

Ahora sólo tengo que escribir las palabras que resuenan en el interior de mi mente. Por ejemplo: escucho YO SOY UN HIJO DE DIOS. Todos podemos serlo. ¿Cómo? Reconozcamos en el centro de nuestro Corazón existe un NÚCLEO SAGRADO de PAZ, ARMONÍA, DICHA, ALEGRÍA. Aprendamos a sintonizarnos con él. ¿Cómo? Dejemos de sintonizarnos/apegarnos a todo lo que sucede en nuestro mundo exterior. Busquemos un lugar tranquilo en la naturaleza o en un lugar de nuestra casa, paremos las actividades cotidianas y respiremos. Hagámonos conscientes de nuestra respiración, pongamos la atención en ella. Tras unas respiraciones profundas, dejemos que ésta se produzca lo más natural posible, inconscientemente, imaginemos que SOMOS RESPIRADOS POR DIOS, por el Amor o como prefiramos llamarlo. Puede que de repente nuestro cuerpo se ponga a respirar profundamente. Abrámonos a la energía, percibámosla, sintamos desde el corazón la dicha que este simple ejercicio puede proporcionarnos.
Si hay alguna emoción o sentimiento bloqueándola, sintámoslos, aceptémoslos y entreguémoslo todo al Amor Superior que todo lo sana. En este caso, invoquemos las energías superiores del Amor y del Perdón. Éste último no desde un punto de vista personal como nos ha enseñado erróneamente la religión, sino como una energía poderosa de carácter superior que cuando nos abrimos a ella es capaz de sanar y transmutar toda energía emocional de baja vibración.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Los últimos coletazos de la oscuridad

El nuevo amanecer está a la vuelta de la esquina.
No, no estamos abandonados a nuestra suerte, a merced de los juegos de fuerzas que gobiernan por ahora en este planeta. La luz trabaja en silencio.
La oscuridad resistirá hasta el último suspiro tratando de hacernos creer que no existe ningún Plan Mayor y que el ser humano no posee  ningún poder en su interior, que las cosas son como son y no podemos cambiarlas.
Ése es su objetivo: idiotizarnos, callarnos, domesticarnos a su antojo, manipularnos y reírse de nosotros.  Ella sabe que no tiene nada que hacer, que estos son sus últimos coletazos, que el despertar de la raza humana es un proceso que ya no tiene vuelta atrás, lento y silencioso, a veces vertiginoso y arrollador, el despertar del consciente derecho, sede del alma humana, se está dando a gran escala.

El Ser por el Tener

Cada vez se hace más difícil seguir viviendo bajo viejos y obsoletos patrones de conducta. La Vida, que ofrece ahora posibilidades como nunca ha ofrecido, no puede seguir viviéndose de la misma manera. Los hábitos negativos y los vicios deben eliminarse sistemáticamente, las músicas estridentes,  el tabaco, el exceso de televisión, las conversaciones largas y superficiales sobre temas materiales, etc, sólo hacen encubrir nuestra luz superior y no permitirnos los verdaderos momentos de ocio positivo y relajado que necesitamos para encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra verdadera naturaleza, con esa paz que emana del alma y que llega cuando uno simplifica su vida, se da a los demás, se cuida y ama a sí mismo al tiempo que lo hace con los que lo rodean, cambia sus prioridades en la vida y cambia los objetivos materiales basados en el tener, por los objetivos espirituales basados en el ser (siempre con sentido común y sabiendo que son necesarias unas condiciones físicas y materiales suficientes como para poder concentrarnos mejor en lo divino).

El Juicio de los Justos

Un nuevo día se avecina. La energía aumenta en la Tierra desproporcionadamente. En la raza humana se hace la selección. Cada uno hace sus elecciones basándose en el miedo o en el amor, en el materialismo o en la espiritualidad.
Cada vez hay más gente despierta pero también la purificación de la Tierra es cada vez mayor. La luz ilumina el mundo de tinieblas que existían en el subconsciente de cada ser vivo. El dolor, la angustia y las crisis son cada vez más frecuentes. El llamado resuena por todas partes pero sólo los corazones puros y valerosos pueden escucharlo.
Luego, hay una larga senda por recorrer, llena de obstáculos, tentaciones (refiriéndonos a la atracción que el mundo exterior aún ejerce sobre la persona recién despierta), túneles de obscuridad,  purificaciones, etc. que hacen que muchos que emprendieron el camino con pasión retornen a su ego asustados y temerosos del vacío y la oscuridad a la que deben enfrentarse, perdiendo la alegría y la fuerza con la que emprendieron su búsqueda, decepcionados con la poca receptividad encontrada entre familiares y  amigos, considerados locos, marginados, excéntricos y todo tipo de  barbaridades sólo por seguir su camino, por ser diferentes y buscar una forma de vivir más elevada.
La “conciencia buena” (que no tiene nada que ver con la auténtica bondad) condena todo lo que es diferente y no se ajusta a su norma e interés. Si no eres como se supone deberías ser, entonces se da permiso para condenarte, criticarte y encima se justifica para hacerlo. Es el “juicio de los Justos”, de los que se convierten en Dios para juzgar al otro. Por eso Jesús dijo “no vine para salvar a los justos, sino a los pecadores”.

viernes, 2 de diciembre de 2011

El Corazón le habla al hombre

Hoy ha sido un día espléndido. La energía ha elevado a la Tierra que jamás había alcanzado. Estamos Todos ilusionadísimos de la nueva etapa en la que está entrando el planeta Tierra. Jamás en la vida habían existido tantas oportunidades para el hombre de estar a la altura o al alcance de su Yo Superior o Alma. Éste está en su Corazón.
El Corazón le habla al hombre pero éste no puede escucharlo. Hay demasiado ruido. Demasiadas distracciones. Demasiadas ilusiones. En fin, el mundo exterior capta su atención por completo y embota sus sentidos.
Lo sutil no está valorado. El mundo del tener somete y oculta al mundo del ser. Sólo cuando el hombre se da cuenta de que no puede satisfacerse y alcanzar su plenitud poseyendo cosas o personas o incluso conquistando el mundo y poniéndolo a sus pies, vuelve su mirada hacia el interior y descubre un nuevo mundo de posibilidades a su alcance, un nuevo mundo sutil que siempre había estado allí, en su interior, pero que necesitaba para revelársele que el hombre pusiera fin a su búsqueda del placer y la felicidad en el exterior, se rindiera y encontrara la quietud y la calma interior que sólo podía hallar cuando ya no deseara más los “tesoros del mundo” sino los “tesoros que existen en el interior de su mente y de su corazón”.
Cansado ya de la búsqueda externa que le lleva al mundo de los opuestos, el hombre se dirige ahora hacia el mundo de la unidad, de la serenidad, de la calma, de la dicha interior, de la felicidad que permanece.
Cada vez se ocupa menos del mundo externo, pero misteriosamente, éste le fluye ahora con mayor facilidad, con mayor gracia. Todo lo que necesita es atraído hacia él como por arte de magia, ya se trate de relaciones, dinero o salud. Cuanto más tranquilo está, cuanto más enfocado en el servicio que sabe puede prestar a la humanidad, mejor se siente, nuevas fuerzas afluyen a él.
El mundo interno sólo se revela gradualmente. Cuanto más nos dediquemos a él, más se abrirá la puerta.
El hombre necesita ahora más que nunca volverse hacia su interior, pues sólo aquí hallará las soluciones a sus problemas actuales, sólo desde aquí se le darán las indicaciones necesarias para corregir sus pasos, deshacer el mal que ha causado a la Tierra o al menos, dejar de colaborar con éste y empezar una nueva misión en colaboración con los mundos sutiles o luminosos que le aportarán dicha y una perspectiva totalmente nueva para encarar el futuro.
La paciencia, la perseverancia y la confianza en su corazón serán las llaves que harán que el hombre un día abra la puerta de los mundos sutiles y estos por fin se le revelen. El mundo de los sueños le traerá mensajes reveladores.
Tras una fase de purificación aguda en la que será puesto a prueba y enfrentará sus más temidos demonios, sacará las fuerzas necesarias para renovarse, triunfar y comenzar una nueva vida con más confianza, carácter y determinación de la que jamás había logrado hasta ahora. Mirará a sus semejantes con más amor y humildad, pues habiendo conocido el dolor y todo tipo de fuerzas que mantienen al hombre prisionero y esclavo de ellas, cambiará el juicio por la compasión hacia ellos y tratará de aligerar la carga que éstos llevan (y no de agrandarla aun más) , tratándolos con amor y no con dureza, pero sin confundir la complacencia con la ecuanimidad.
Llegados a este punto parece clara una cosa: el hombre no debe volver a mirar atrás, sino dejarse penetrar por el universo de posibilidades que se despliega ante él, dedicándose cada vez más a prestar un mejor servicio, con amor, pureza, paz y sabiduría.